Los yold de los años setenta éramos apenas unos niños cuando en nuestras gigantescas televisiones en blanco y negro se estrenaba Con ocho basta, la serie protagonizada por Dick Van Patten, que encarnaba al patriarca de los Bradford, una numerosa familia con caracteres para todos los gustos. Empezando por el propio padre: un tipo honesto, currante, trabajador pero a la vez dicharachero y entrañable. Era tan majo el señor Bradford que todos soñábamos con tener un padre así. Después venía toda una prole de chicos y chicas de la época, decididamente modernos y setenteros, con los conflictos normales de sus edades. Casi todos los peques de la época nos identificábamos con alguno o nos gustaba otro, porque como eran tres chicos y cinco chicas, había para todos los gustos.

Pero pasaron los años y ¿qué pasó con la familia Bradford? Pues como siempre sucede con la televisión, el telefilme acabó y la fama también se fue alejando de casi todos ellos. Los jóvenes actores de la serie, después de haber sido famosos en todo el mundo, se encontraron con el paro y una vida entera por delante: una situación no especialmente fácil y que muchos no supieron gestionar. Nadie se imaginaba además que la desgracia y la mala suerte iban a repartir bastantes cartas entre el elenco: enfermedades, drogas, pobreza y muerte ha sido el destino de algunos de ellos. Años después, hay quien habla de la maldición de Con ocho basta. ¿Qué sucedió con cada miembro de la familia? Lo vemos a continuación:

Dick Van Patten (Tom Bradford). El padre que todos hubiéramos querido tener
De una prominente saga de actores, Van Patten fue el único de toda la familia cuya vida se mantuvo firme y equilibrada. Aunque nunca recuperó la fama que adquirió con la serie, tampoco le faltó trabajo. Antes y después del telefilme hizo innumerables trabajos en otras series, en el teatro y como secundario en muchos films. Ayudó a muchos de los “chicos Bradford” con sus numerosos problemas, y falleció en el año 2015, por enfermedad, tras una vida plena. Los niños de aquella época nos seguimos acordando de él.

Diana, a la derecha con Travolta, poco antes de fallecer

Diana Hyland (Joan Bradford). Una vida truncada por el cáncer
Diana, una actriz de los setenta, que se había hecho muy popular al protagonizar El chico de la burbuja de plástico junto a John Travolta, fue la actriz que encarnó a la primera señora Bradford, la madre de la saga. Pero cuatro capítulos después del estreno de la serie, tuvo que abandonar el telefilme, al serle diagnosticado un avanzado cáncer de mama que acabó con su vida poco después. Durante el rodaje de la película con Travolta, ambos se enamoraron. Poca gente sabe que antes de convertirse en uno de los actores más famosos de la tierra, gracias a Fiebre del sábado noche y Grease, John acompañó a su entonces novia en los últimos meses antes de morir. La tragedia marcó, de esta manera, el principio de la maldición de Con ocho basta.

Betty Buckley (Abby Bradford). Cantante y actriz sin freno
Tal vez a la madura Buckley ha sido a quien mejor le ha ido después de la serie, donde hacía de una institutriz contratada por Tom para ocuparse de sus hijos, y con el que al final se acaba casando. La actriz no ha parado de trabajar desde entonces, recogiendo éxitos como cantante y sobre todo como actriz. Ha recibido un Premio Tony, ha trabajado con Roman Polanski, Woody Allen, Harrison Ford y sigue estando estupenda.

Grant, con 62 años, se conserva guapísimo

Grant Goodeve (David Bradford). Bajones y subidones
En realidad Grant no fue el primer elegido para interpretar al hijo mayor de la familia: nada menos que Mark Hamill había tenido tal honor. Pero éste fue seleccionado para La guerra de las galaxias, y tuvo que dejar el papel, que cayó en manos de Goodeve, quien además cantaba la canción del inicio. Durante cinco años, Grant interpretó al hijo mayor de la saga, y cuando terminó continuó haciendo de secundario en un montón de series; sin embargo, con los años empezó a tener graves problemas con el alcohol que, como él mismo confesó, casi acaban con su vida y con su carrera. Tras dar bastantes tumbos en la vida, acabó ingresando en la iglesia presbiteriana, donde según él mismo confesó, encontró los apoyos necesarios para superar sus dependencias. Sigue en activo y con 62 años es un actor madurito, que se conserva guapísimo y hace un montón de series, documentales y doblajes de voz.

Vídeo con la música de la serie original, cantada por Grant Goodeve que, la verdad, hoy nos parece horrorosa

Lani O´Grady (Mary Bradford). Una carrera de drogas y alcohol
En la serie era, no solo la mayor, sino la más responsable de toda la familia. En la realidad, todo era muy distinto. Empujada por su familia, Lani había trabajado como actriz desde muy niña. Cuando llegó el éxito de Con ocho basta, ya había actuado en otros muchos medios. Para entonces ya estaba enganchada a los barbitúricos y a distintos narcóticos, que comenzaron a provocarle cada vez mayores problemas psiquiátricos. Decía sufrir ataques de agorafobia y pánico, que complicó con sus adicciones a las drogas y al alcohol. Pasó por varios departamentos de desintoxicación, y acabó falleciendo en su casa de California, a los 46 años, con el cuerpo lleno de analgésicos y antidepresivos.

Laurie Walters (Joanie Bradford). Actriz para minorías
Aunque nunca volvió a alcanzar las cimas del éxito, la simpática y culta Joanie Bradford continuó trabajando, especialmente en obras de teatro alternativo, y luchando por la conservación del medio ambiente. Nunca regresó a la fama, ni volvió a tener una gran popularidad, pero tampoco se perdió, como el resto de sus “hermanos”, en las trampas del éxito. Hoy sigue en teatros de barrio y aparece cuando hacen algún programa especial dedicado a la serie.

Susan Richardson (Susan Bradford). Homeless sin remedio
La guapa pelirroja fue una de las que más lejos llegó: al éxito de la serie se juntó con su papel en otras películas famosas, entre ellas, American Graffiti. Su aspecto pizpireto le hizo ganar millones de seguidores en todo el mundo. En medio del telefilme, se quedó embarazada, y a partir de allí, las cosas empezaron a ir mal. Comenzó a consumir cocaína, intentó sin lograrlo triunfar en la música, sufrió una fractura de coxis y, capítulo tras capítulo, su existencia fue derivando hacia convertirse en una auténtica marginal. Hoy, delgada como un palillo, vive con su perro en una caravana sin calefacción, con graves problemas físicos producto de sus adicciones y sobrevive gracias a la caridad.

Dianne Kay (Nancy Bradford). Alejada de la fama y enfrentada al cáncer
Ella era la más rubia, la más guapa, el bombón de la familia. Pero pasado el subidón de la serie, Dianne fue, sin embargo, la más discreta. Casada y con hijos, Kay se ha dedicado a compaginar sus trabajos en series y teatro con su vida familiar, aunque eso sí, sin ningún gran éxito. Lleva retirada de las cámaras desde los años 90 y apenas aparece en público, aunque cuando lo ha hecho, ha mostrado que se conserva muy bien. Su peor momento fue hace tres años, cuando sufrió un cáncer de riñón del que se recuperó.

Connie Needham (Elizabeth Bradford). Otra luchadora contra el cáncer
Después de la serie, Connie ha dedicado su vida al baile. Aunque ha intervenido en otros telefilmes, ha sido como profesora de danza como ha pasado la mayor parte de su vida profesional. Pero la pequeña de los Bradford también tuvo que enfrentarse a un cáncer de ovario en 2009, que afortunadamente pudo superar, pero que le cambió su vida: desde entonces se dedica a luchar infatigablemente contra la enfermedad. Aún nos acordamos de la increíble melena que lucía en la serie.

Willie Aames (Tommy Bradford). Renacido desde el infierno
¡Cuántas de nosotras pegamos la cara de Tommy con sus ricitos en nuestras carpetas! Fue uno de nuestros primeros ídolos televisivos: tenía atractivo, talento, un punto ingenioso y de humor… Así es que se convirtió prácticamente en el actor más conocido de la serie. Sin embargo, detrás de las cámaras comenzaba el drama. El propio Willie relataría años más tarde que fue en los rodajes donde empezó a beber y a consumir marihuana y cocaína. De esta manera, ha pasado su vida en una continua decadencia y enganchado a las drogas. Al igual que Groove, pero bastante más tarde, se acercó a la religión y comenzó una nueva etapa como predicador. Lo cierto es que, a los 60 años, superadas sus adiciones, parece encontrarse en el mejor momento de su vida, con una nueva esposa, trabajo y el mejor aspecto que ha lucido en años. ¡Nos alegramos por él!

Adam Rich (Nicholas Bradford). El niño perdido
Cuando la serie era un éxito, Nicholas era un niño como casi todos nosotros, así es que muchos nos identificábamos con él. Pero su vida posterior ha sido bastante agitada. Después de la serie apenas si siguió trabajando en televisión. Hizo doblaje durante años, pero fue alejándose cada vez más del mundo de las pantallas, al tiempo que aumentaban sus problemas con el alcohol y las drogas. A eso le siguió una larga carrera de condenas penitenciarias. Ha sido detenido por conducción temeraria, por robo y por asalto a una farmacia. Dick Van Patten, su padre en la ficción, le llegó a pagar varias veces la fianza. Hace algunos años se dijo que había muerto, pero al parecer era una falsa noticia, aunque lo cierto es que nadie sabe muy bien dónde está.

Inés Almendros